Síntesis Argumental
Dos personas se vinculan afectivamente movilizadas por distintas carencias: una tiene dinero, la otra lo necesita; una se siente libre, la otra reclama contención. El afecto como mercancía configura un campo fangoso en el que nada bueno podrá crecer y la fatalidad no tardará en instalarse.
La pieza intenta diseccionar algunas formas de entender el amor. Balbucea sobre la violencia en un territorio que reclama visibilidad, y expone la mercantilización del deseo en un contexto de capitalismo salvaje, aplicaciones de encuentros, urgencias sexuales y mucha soledad.
Ficha artística y técnica
Actuación: Marcelo Gieco y Agustín Keller / Espacio e iluminación: Marcelo Allasino / Música original: Agustín Keller / Piano: Luis Enrique Carballosa / Mastering: Brian Taylor / Grabación de efectos sonoros: Nico Diab / Colaboración en vestuario: Gustavo Mondino / Colaboración en utilería: Salvador Aleo / Cámara y edición de video: Beto Bellezze / Diseño gráfico: Leonor Barreiro / Asistencia y operación: Daio Albanesi y Fernando Sacone / Autoría, producción y dirección general: Marcelo Allasino
Fotos: Trinidad Bussolaro
Nuestro agradecimiento al Centro Cultural La Máscara, Bosque Educativo Norberto Besaccia, Club Ciclista de Rafaela, Salvador Aleo, Gustavo Grana, Eugenia Paz y a quienes colaboraron para que esta producción sea posible.
Este espectáculo cuenta con el aporte de la Comisión Municipal para la Promoción de la Cultura de Rafaela, del Concurso Anual 2022 del Plan de Fomento del Ministerio de la provincia de Santa Fe y del Instituto Nacional del Teatro.
Historia del espectáculo
«El último» es el trabajo más reciente de Marcelo Allasino y se estrenó el viernes 4 de noviembre de 2022 en el Centro Cultural La Máscara de la ciudad de Rafaela, donde realizó siete funciones a sala totalmente llena, en lo que fue su primera temporada.
Luego de su estreno recibió el apoyo del Instituto Nacional del Teatro y resultó ganador del Concurso Anual 2022 del Plan de Fomento del Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe.
En marzo de 2023 se presentó en el Teatro Anfitrión de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en 4 únicas funciones los días 3, 4, 10 y 11 de marzo, con entradas agotadas.
Desde el 18 de marzo se presentó nuevamente en Rafaela, en su segunda temporada de 6 funciones.
En el mes de mayo de 2023 inició su gira provincial. El viernes 5 de mayo se presentó en el ciclo Marechal Experimental, 50 años de artes escénicas, en el Teatro Municipal de la ciudad de Santa Fe. El 20 de mayo se presentó en Amigos del Arte de la ciudad de Sunchales, y los días 3 y 4 de junio, se presentará en el Galpón 15 de Rosario, con el auspicio del Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe.
Gacetilla de prensa con fotos y material complementario.
Dice Allasino sobre la obra
“El último” es un texto que surge a partir de un crimen acontecido en 2020 en un hotel del microcentro porteño, del cual fue víctima un joven trabajador sexual. Tenía 23 años y se llamaba Enzo Aguirre. Era correntino. Durante el primer encierro por la pandemia estuve confinado en la ciudad de Buenos Aires y nos cruzábamos con Enzo en una aplicación de citas. Su cuerpo sin vida apareció a tres cuadras de casa, y la noticia me impactó enormemente. Este asesinato se inscribe en una triste trama que acumula muchas otras historias de violencia de la que son víctimas personas muy jóvenes – mujeres y varones cis y trans, y personas no-binares – que encuentran una forma de subsistencia en el salvaje contexto capitalista, ejerciendo la profesión más antigua del mundo. Las condiciones de clandestinidad que propician el estigma y el abuso, y que confinan al secreto a las “malas víctimas” fueron motores de la escritura de este texto.
El homicidio en razón del género (gendercide en inglés), fue acuñado por Mary Anne Warren en su libro de 1985 “El homicidio en razón del género: las implicaciones de la selección por sexo”. En su publicación ella afirma que “otros términos, como femicidio se han utilizado para referirse al asesinato de niñas o mujeres. Pero gendercide es un término neutral sexualmente hablando, en el que las víctimas pueden ser hombres o bien mujeres. Hay una necesidad de una denominación neutral dado que el asesinato por discriminación sexual es tan malo cuando las víctimas son varones como cuando son mujeres. El término también llama la atención sobre el hecho de que los roles de género han tenido a menudo consecuencias letales, y que éstas son de manera importante análogas a las consecuencias letales de los prejuicios raciales, religiosos o de clase.”
Dentro de esta noción de violencia de género se incluyen actos como la violencia física y sexual contra personas que ejercen la prostitución, el acoso y hostigamiento sexual, ataques homofóbicos y transfóbicos hacia personas o grupos LGBT y la violencia simbólica hacia esos grupos difundida por los medios de comunicación de masas, entre otros.
Me defino como una persona cuir, y he sufrido numerosos actos de violencia a lo largo de mi vida, de distinta intensidad: bullying durante mis años de escuela primaria y secundaria, violencia en la calle, acoso sexual y violencia simbólica en ambientes laborales. Uno de los más recientes, fue causado por la presentación de una obra en el Festival de Teatro de Rafaela. Un medio digital ironizó acerca de que había que “asesinar a los homosexuales”, usando una fotografía mía – con una supuesta intención humorística – que rápidamente se viralizó. Presenté denuncias en la Fiscalía de mi ciudad y en el Instituto Nacional contra la Discriminación, sin ningún tipo de efecto ni conclusión.
Estos temas aún requieren de mucha atención para que podamos evolucionar hacia un mundo más empático, menos violento; y aunque la obra no tiene ningún intento pedagógico al respecto, pretende abrir preguntas, espacios de reflexión y emoción alrededor de los mismos.
La educación en el amor genera algunas estructuras de comportamiento que se revelan, paradójicamente, como gérmen del odio y la violencia. Creo que la idea del amor romántico es tremendamente violenta y contamina todas las expresiones de nuestra cultura. Transforma al amor en un campo de batalla y en un territorio para expresar la propiedad. Esas formas, apoyadas en la concepción excluyente del amor patriarcal y monogámico – como la que plantean los credos religiosos de occidente – o en la formalización del vínculo amoroso a través del matrimonio – institucionalizado por el Estado para garantizar un aparato productivo – generan estructuras de pensamiento, comportamiento y vinculación que presentan múltiples tensiones y constantes gestos de brutalidad. Estos dispositivos de poder son los responsables estructurales de los femicidios, los crímenes de odio y las desapariciones de personas queer. A pesar de los esfuerzos por intentar de-construir modelos más empáticos por parte de colectivos marginados, vulnerables y no hegemónicos, la herencia de los férreos mandatos institucionales sigue afectando los modos de vincularnos. En ese mapa de intentos por sentirnos realizados, el deseo y la muerte se relacionan. Se alimentan. El amor asume entonces nuevas formas, inesperadas, que revelan modos perversos de vinculación, atravesados por la toxicidad y la violencia. De estos temas balbucea la obra.»
Dijo la crítica
"Apoyados en la sólida y poética dramaturgia de Allasino, las interpretaciones de Gieco y Keller resultan convincentes y logran crear en escena dos perfiles de personalidad bien delineados que lxs espectadores pueden rápidamente identificar y si bien no comprender, al menos intentar compadecer. A eso se suma, la puesta en escena de un delicado erotismo y la agradable y melancólica música que anticipa la tragedia compuesta por el propio Keller."
"Un suceso artístico cristalizado en una obra de teatro que nos presenta una historia llena de todo lo que hay en la vida cotidiana pero de lo cual no se habla. Los dos personajes que la representan en escena son maravillosamente encarnados por Agustin Keller (quien también se ocupa de la música de la obra) y Marcelo Gieco. En un escenario ambientado con maestría (la iluminación también es obra de su director) que nos sumerge en la realidad de los protagonistas, se desarrolla esta historia de tabúes, que alcanzan y atraviesan límites. La poesía del texto es hermosa y simple, cautivadora y agresiva. Una obra minada de hitos poéticos con descansos de coloquialidad por momentos hasta cómica."
"Es una obra muy fuerte, fuera de lo común. Es un tema fuertísimo y a mí me tocó mucho. La estructura también me interesó mucho, porque no hay en la obra diálogo entre los dos, y el encuentro entre ellos se da solamente en lo físico. Tiene una estructura muy particular. Hay dos actores que ponen todo. Una obra que no es complaciente."
"Me dejó llorando durante 10 minutos, sin poder irme de la sala, intenso. La quiero recomendar con mucho ahínco. Tuve una verdadera experiencia estética con esta obra. Me dejó emocionalmente shockeada, no solo por el contenido sino por la calidad con la que está realizada."
"Marcelo Allasino, el ya consagrado director Santafesino, junto con el grupo Punto T y la institución La Máscara, presentaron un interesante, inquisidor y también transgresor espectáculo que se interna en la problemática del amor. Enorme obra con magníficos trabajos actorales y una más que eficiente dirección."
"Con dos actores que la rompen, la obra cuenta un hecho ocurrido hace poco; uno de los tantos que despierta la mercantilización de los cuerpos en una sociedad donde la transacción comercial pareciera la moneda corriente de los vínculos afectivos. El último trabaja con un vector que atraviesa a la humanidad: el homicidio. La muerte ronda desde la primera escena y, por momentos, tañe cuerdas sensibles. La interpretación de Agustín Keller es contundente. Los acordes que pellizca en su guitarra eléctrica, sentado en el piso, funcionan como un colchón donde va desgranando el relato de a poco, preciso, lento: quizá el momento más alto de la obra. Su personaje tiene una claridad que no da tregua a la duda ni ala especulación. El cliente, interpretado por Marcelo Gieco, consigue muy buenos momentos."
"La dirección se anima a lo explícito, en el lenguaje y en las formas, y apela a las actuaciones para que el espectador se sienta interpelado. Las actuaciones de Agustín Keller y Marcelo Gieco son convincentes, intensas, exigentes con esos cuerpos en escena."
"Nos impactará desde un comienzo. Cuerpos que dejan todo en el escenario para expresar lo que desean. Porque eso es teatro, cuerpo."
"Una obra intensa, tremenda, una obra que muestra de manera descarnada a dos personajes, los dos con carencias."
"La violencia de género, tema central que atraviesa la última obra de Allasino, es uno de los temas principales de las agendas de medios de comunicación y plenarias ministeriales. Aunque, por allá, parece que nada cambia. Por acá, en cambio, me es difícil y arriesgado hablar de este tema sin aclarar: no crean lo que digo. Las fichas caen en el cuerpo. Destaco aquí el trabajo de los actores que encarnan la crudeza. ¿Cómo es poner el cuerpo a la atrocidad para comprenderla y no dejarse tomar por ella? En esencia, el teatro significa encuentro. Y en esencia, también, donde hay encuentro hay vida. Y donde hay vida, hay una oportunidad para recibirnos, y ver más allá. Tocar el amor en todo. Podes no animarte. Está bien. O podes darlo todo. Poner el cuerpo, el corazón. Sí, implica dedicación, pero solo entonces algo cambia. Para siempre. Gracias."
"¿Amor o poder? Toda la gama de los pronombres posesivos. La intolerable soledad de un hombre que lo tiene todo. Un personaje que o puede escuchar la claridad con que Martín explica la naturaleza de su vida. Me gustó la contundencia del mensaje de la obra, sin rodeos, directo al conflicto. Agustín Keller, cómodo en su papel, Marcelo Gieco mostró su carácter para el drama. Marcelo Allasino siempre claro y comprometido con desnudar los sentimientos del que sufre, siempre."
"La violencia es lo que resuena en mi mente luego de ver “El último”, con una dramaturgia excelente, una dirección impecable a cargo de Marcelo Allasino y una gran calidad en las actuaciones de Agustín Keller y Marcelo Gieco. Una obra que hay que ir a ver."
"Concluyó con éxito la primera temporada de la última creación teatral de Marcelo Allasino. Se realizaron 7 funciones, todas a sala llena (el espectáculo fue visto en total por 580 espectadores). Fue ofrecida una función con debate posterior, que contó con la participación del equipo de la obra y de referentes de diversas agrupaciones locales que trabajan con cuestiones vinculadas a feminismos, diversidad, violencia de género y trabajo sexual. El espacio de discusión fue coordinado por la médica, psicoterapeuta y sexóloga Ani Amongero, y resultó muy movilizador e inspirador."