Síntesis Argumental
“Kilómetro Dos Veintiocho” explora en las profundidades del deseo y la soledad.
Un espacio llano, deteriorado e infecundo se integra a los personajes que sufren e intentan salir del estancamiento y el desamparo. La maternidad, la sexualidad, la familia y la misma noción de patria como lugares de pertenencia y realización son reafirmados-cuestionados en esta obra que intenta indagar en los territorios de las múltiples verdades que a fuerza de presentarse intraducibles, gritan desde una voz oculta y atemporal.
Una mujer espera en la ruta, pero el colectivo ya ha pasado. Allí, toma contacto con seres desamparados que viven sus rutinas y conflictos. Mientras tanto, quien espera, construye su propia visión interior a partir de lo que le ofrecen estos referentes. Así, en ese presente perpetuo confluirán su pasado y un devenir incierto que involucrará a dichos personajes en víctimas – victimarios de su propia tragedia.
Ficha artística y técnica
Intérpretes: Marcela Bailetti, Marcelo Gieco, Oscar Godoy, Santiago Alassia o Sebastián Maldonado, María Eugenia Meyer, Gustavo Mondino y Silvia Ruiz / Asesoramiento literario: María Eugenia Meyer / Música Original: Jorge Benincá / Diseño de Escenografía: Marcelo Allasino y Salvador Aleo / Diseño de Vestuario: Gustavo Mondino / Diseño de Iluminación: Leandra Rodríguez / Fotos y Diapositivas: Cristian Bonaudi / Diseño Gráfico: Leonor Barreiro / Realización de Escenografía: Salvador Aleo y Agustín Valle / Realización de Vestuario: Eva de Laura y Gustavo Mondino / Músicos: Rodolfo Arancibia, María Barale, Jorge Benincá y Adrián Ingaramo / Realización de Banda Sonora: Nelson Carrizo / Asistente: Lucas Vilches / Operación Técnica: Marcelo Allasino y Lucas Vilches / Producción: Grupo Punto T y Centro Cultural La Máscara / Dirección General: Marcelo Allasino
Historia del espectáculo
Se estrenó el 19 de Noviembre de 2005 en el Centro Cultural La Máscara (Rafaela). Se presentó en Rafaela, Santa Fe, Rosario y Buenos Aires.
Dijo la crítica
"Allasino y su nuevo montaje: Marcelo Allasino es uno de los creadores más significativos del interior del país. Fundador del Grupo T y uno de los gestores del Centro Cultural La Máscara, ubicado en Rafaela, provincia de Santa Fe, es bailarín, actor y director, por vocación, y gestor cultural, casi por obligación. En su Rafaela de origen, es una figura fundamental del panorama artístico de la provincia. En Buenos Aires ya realizó una temporada con «La brusaròla», y hoy va por la segunda, ya que estrenará «Kilómetro dos veintiocho», su última producción que estará en Buenos Aires hasta el domingo 9 del mes próximo."
"Un espectáculo que a medida que se va desplegando, provoca angustia y rechazo en el espectador. Justamente ese estado que genera, nos da la posibilidad de reconstruir la profundidad que plantea la propuesta: una realidad que deviene onírica, un espacio-tiempo dislocado. La mirada se vuelve fetichista en esa recreación de las miles de escenas que abre la mente de cada personaje. Las partes danzadas, mezcla de contact improvisation y baile folclórico remixado, renuevan el aliento después de las implosiones de perturbación y nos plantean desde la corporalidad, la ironía de los símbolos míticos del ser nacional, que se irán desplegando en sus diferentes facetas en el transcurso de la obra. En esta entrevista explica cómo construyó el espectáculo."
"Con una muy trabajada puesta en escena “Kilómetro Dos Veintiocho” es una excelente oportunidad para ver un espectáculo comprometido, profundo y dramático."
"“Es una obra incómoda, que en ningún momento busca la complacencia del público porque habla, por ejemplo, de un sitio que está en el medio de la nada, donde al fondo, en una casita, vive una mujer, con su hijo retrasado mental de unos 30 años”. “La pieza está armada en diferentes cuadros que muestran el devenir de lo que pasa en la cabeza de una maestra que está esperando para irse a su escuela”. “La comprensión se va ahondando a medida que se desarrolla esta pieza donde confluyen varios personajes”. “Es una obra que incita a la reflexión, a participar activamente, a armarla, porque no te da nada servido en bandeja”. “Es una pieza muy compleja que me gustaría volver a ver. Es como una caja de sorpresas, donde los personajes se van revelando en distintos aspectos y van apareciendo las fantasías y todo lo reprimido, censurado, que va tomando forma en escena”. “Tanto el director, como el dramaturgo, han tenido coraje y audacia, porque desde el lado conceptual propone un camino inquietante. Además son muy buenas las composiciones de todos los actores. La escenografía es muy funcional y la iluminación es excelente.”"
"…el momento más alto se produce cuando los dos obreros – recordándonos mucho y sin querer a Secreto en la Montaña – se confiesen y se entreguen a vivir brutalmente su pasión en la soledad (absoluta) del campo argentino. La obra procede aquí con uno de sus hallazgos de lenguaje más interesantes: una vez planteado el encuentro entre los dos hombres, la situación se dirime en una danza entre folclórica, contemporánea y gay. Un momento musical que cruza el gato, el contact y la sensualidad homoerótica. Con esto se sale decididamente del plano realista, que ya se había insinuado abandonar antes. El registro de KM 228 se constituye entonces como definitivamente onírico. El campo se convierte en espacio para la imaginación de los personajes, igual de fantasmal que la “pantalla de cine” que después cuelgan del cartel de chapa. Como en una de David Lynch, el retardado, la rutera, el camionero, la madre severa y los obreros observan en la noche a la maestra retorcerse en el piso sin ayudarla ni despertarla. O la rodean en un círculo mientras ella los presenta como parte de un feroz programa de televisión donde ya nadie es quien era. Diciendo, en última instancia, que todas esas identidades necesitan ser repensadas y redefinidas."
"En este escenario donde se confunden el interior y el exterior, lo femenino y lo masculino, la realidad y sus fantasmas, la pulsación de lo real avanza con una vitalidad abominable. Sobre el final, el monólogo de María Alicia encarna un grito social, asume la voz de muchos silencios: de las mujeres, de los pobres, de los marginados. La palabra se carga de energía pulsional, habilitando al personaje a desnudar todas las miserias, asomándose a un brutal acto de parresía. Pero en KM 228 enfrentarse a la verdad de sí mismo tampoco redime a los personajes. Por el contrario, esta verdad los expulsa nuevamente a la vera de la ruta, espacio de un vagabundeo feroz donde la posibilidad de la nada se convierte en tragedia."
"«La vida, la muerte, la infancia, el sexo, la política y el pasado y el presente -entre otros pocos más- son temas eternos en la existencia humana. Entrar en ellos es descubrir intersticios dramáticos u olvidados que pueden resurgir con fuerza arrolladora y enquistarse en el hoy con mirada profunda y deseos irrefrenables de comprensión y ternura. Marcelo Allasino apuesta a esas temáticas con el Grupo Punto T y logra, sin duda, un montaje para ser apreciado en su mera visión, pero también para reflexionar desde lo más íntimo del alma y del raciocinio… “ (…) Así, se muestran la pasión amorosa y sexual entre amigos, la competencia entre mujeres y la tortuosa relación entre madre e hijo, el acomodamiento y la rutina… Lo que estaba latente en «La Brusarola» estalla en este trabajo de Punto T. “Como ya lo hizo evidente en sus trabajos anteriores, Allasino vuelve a posicionarse como un atento y profundo observador de la cultura local, prescindiendo de todos los clichés y caricaturas con que el falso realismo teatral de décadas atrás quiso elaborar una mirada propia de este particular universo. Aquí, como en sus anteriores montajes, vuelven a hacerse presentes algunas marcas de su factoría: trabajo con actores de su grupo, el cuidado en la estética y un posicionamiento como director que siempre deja su huella. “(…) hay en ´Kilómetro dos veintiocho´ momentos de indudable teatralidad, como la partida de la madre hacia el Festival de Cosquín (escena cargada de indiscutible emotividad) o el final, a puro baile y discurso. En lo actoral se destacan las excelentes interpretaciones de María Eugenia Meyer y Marcela Bailetti (…) “En este KM 228 del paisaje regional se descubren secretos devastadores, hallazgos dolorosos, cariñosas palabras de arrepentimiento, calor de miradas y cuerpos y algún perdón necesario. Las cortinas quedan abiertas para dar lugar a la revelación de algunos secretos y a dolorosas experiencias que ninguna de las criaturas allasinianas podía presentir.»"
"La idea de ruptura finalmente atraviesa todo la obra dejando en evidencia no solo un modo de pensar sino también un modo de hacer. El desgarramiento de ese vientre infértil que siente el personaje principal, es el golpe que hace estallar el relato en múltiples fragmentos inconexos como se suceden las imágenes en un sueño. Por momentos parece no quedar claro qué cosas están pasando de verdad y qué cosas pertenecen al estadio del sueño. Tampoco interesa demasiado. El director nos advierte de ese peligro que encierra la interpretación, trastocando el encadenamiento lógico de los hechos. Todo sucede en un espacio y un tiempo suspendidos en un presente perpetuo por el que desfilan unos personajes sumidos en profunda soledad y desamparo."