Sueño con un mundo sin trabajo para todes.  Un mundo en el que el suelo ni el reparo ni el agua ni un bocado ni los cuerpos tienen precio.  Un mundo en el que todo tiene el justo valor del equilibro y la perfección del Universo.

Sueño con ese mundo primitivo del que venimos, o ese evolucionado al que llegaremos en miles de años, quizás.  No sé si es sueño, recuerdo o premonición. 

Ese deseo me guía, me marca el rumbo en este mundo donde la vida, la belleza y el placer tienen precio y mercado. 

Me emocionan los que en este mundo, modelado por la construcción maravillosa y horrible de nuestra Cultura, se esfuerzan por la importancia de valores y no de precios.  Como mis padres y varios familiares, amigas, amigos, compañeres de sacrificios, de proyectos y de la vida, y como algunes artistas que admiro.  A todas esas personas, gracias por el trabajo, por el esfuerzo.  Por inspirarme para ser un trabajador comprometido con ese sueño.