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Primero fue Punto T, un grupo que creamos en 1989 junto a Carlos Cuello, Romina Mazzadi Arro y Gustavo Poggi. En 1990 se sumaron Marcela Bailetti, Pepe Fanto, Diana Yachelini, entre otres.  

Luego fue el Taller de Teatro La Máscara, que abrí como espacio de formación en 1991, en el salón que alquilaba la Escuela de Danzas Isadora.  Sus primeros alumnos fueron Ani Borgogno, Silvit Yori, Rosana Bertoldi, Silvia Ruiz, Gustavo Mondino y Víctor Hugo Fux, entre otres.

Esos dos grupos fueron creciendo y haciendo fuerza juntos.  

En 1992 tuvimos la primera casa, prestada por el amigo Pablo Visconti, en los altos de Alem 75.  Después vinieron otras, hasta que en 1996 alquilé un loft, donde funciona actualmente Rafaela Radio.  Abajo era mi casa, arriba era La Máscara.  La gente pasaba por mi dormitorio para ir a tomar las clases o para ver las funciones.  O simplemente para celebrar, porque desde entonces nos gustaba mucho hacer fiestas.

Allí firmamos el acta constitutiva de la Asociación Civil Centro Cultural La Máscara, cuyos dos primeros asociados fueron mis padres, Marta y Carlos, entre otres.  

En 1997 alquilamos el edificio de Constitución 250, gracias a la insistencia de Ani Borgogno y Rafael Barreiro (a mí me daba mucho miedo no llegar a ponerlo en condiciones o pagar el alquiler).  A ponerlo en condiciones nos ayudó Rafa, y lo inauguramos el 13 de septiembre de 1997.  Mis alumnas adolescentes servían los tragos en la fiesta de inauguración, y entre ellas estaban Inés Nosti, María Barreiro, Ana García, Constanza Fainblum, entre otras.

El alquiler lo pagamos religiosamente cada mes, con mucho esfuerzo.  

En ese hogar empezaron sus primeros pasos muchas personas que hoy le dedican su talento a la actuación, al teatro, o a la Cultura.  Encontraron un espacio fértil para aprender y desarrollarse, y para expandir un modo de entender la gestión cultural que es marca registrada de nuestro proyecto.

En 2003 los dueños decidieron vender el edificio, que ya era nuestra casa y la sentíamos definitiva.  Movimos cielo y tierra y lo compramos.  Pagamos religiosamente el crédito y en 2008 fue totalmente nuestro.  

Tres años después, en 2011, estrené mi último trabajo con Punto T / La Máscara (que se había fusionado para ser un único grupo de trabajo, de amistad y de resistencia) y también en ese año tuve que dejar formalmente la conducción del proyecto porque me propusieron ser Secretario de Cultura, y luego Director del Instituto Nacional del Teatro.  

El 18/12 la actual comisión directiva, liderada por Gustavo Mondino, organizó el festejo por los 25 años en esa casa, con una fiesta inolvidable en la calle: con actores, actrices, músicos, baile, con viejos y nuevos, con históricos y recién llegados, con amigues, alumnos, hijes, sobrines, nietes, con espectadores de siempre y de ahora, con vecinos, y hasta con algunas autoridades que se acercaron a celebrar junto a nosotros, como Claudio Stepffer (compañero de equipo durante años en La Máscara), Roberto Mirabella y el mismísimo gobernador Omar Perotti.

Ese sábado permanecerá imborrable en mi recuerdo: las risas, los aplausos, las canciones, los bailes.  La alegría compartida, el afecto.  Ese sábado será siempre una imagen de lo que se logra cuando hay ideas, cuando hay compromiso, amor y mucha mucha convicción.  

Cuando un colectivo de gente diversa con un objetivo común sostiene un proyecto a largo plazo con convicciones, la realidad se transforma.  

Vaya si la transformamos.  Logramos cambiar el teatro local, la cultura de Rafaela, logramos cambiar algo de nuestra ciudad y ponerlo a disposición de todes!

¡Gracias Centro Cultural La Máscara!  ¡Larga vida a los ideales que te vieron nacer!